viernes, 19 de febrero de 2016

PERSPECTIVA PARA RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS


5 grandes estrategias para resolver un conflicto.



Hoy vamos a llevarnos como herramienta 5 estrategias para aprender a solucionar y gestionar cualquier conflicto que nos surja en nuestras vidas. Para ello comenzamos definiendo correctamente qué es un conflicto, ya que muchos de los problemas para su resolución comienzan por confusión por parte de las personas implicadas, dándole mas importancia de la que tiene a la situación y generando así un bucle sin sentido y por tanto con difícil solución.

Así, Stephen Robbins entiende el conflicto como “Un proceso que se  inicia cuando una parte percibe que otra la ha afectado de manera negativa o que está a punto de afectar de manera negativa, alguno de sus intereses” .

También tener en cuenta que un conflicto requiere de dos o más personas o grupos que interactúen teniendo una relación de doble sentido donde A se comunica con B, y B se comunica con A.
Pues bien, Kenneth Thomas y Ralph Kilmann nos identifican 5 estrategias para resolver un conflicto, donde cada una de ellas se puede utilizar dependiendo el grado de asertividad y cooperación exhibido por las partes implicadas. Estas son:
La colaboración, que intenta satisfacer por completo a todo el mundo. Ésta requiere de alta asertividad y colaboración por ambas partes implicadas.
– La acomodación donde se nos indica la voluntad de una de las partes de satisfacer las necesidades de la otra dando igual las suyas propias. Requiere de mucha cooperación y casi ninguna asertividad.
-El compromiso, la reina de las estrategias para resolución de conflictos donde conseguimos un equilibrio en ambas partes y donde se garantiza que todos queden satisfechos.
-La competencia, donde se garantiza que una persona gana a expensas de todas las demás. ¿Que opináis de esta estrategia vosotros?
La evasión, que se concibe cuando queremos evitar el problema aunque signifique que ninguna de las partes se quede satisfecha.
Los autores defienden que cuando una persona es consciente de las distintas categorías arriba citadas, puede seleccionar la estrategia que más le sea apropiada para solucionar cada nuevo enfrentamiento que se le plantee.
¿Pero como llevar todo esto a la practica?
Aquí os dejo unas cuantas “perlas” para que os guiéis en la solución y puesta en escena del conflicto que deseéis.
– No intentes evitar el problema. Resuélvelo. Si los vamos resolviendo a medida que van originándose, eliminaremos futuras causas de conflicto.
– Comienza identificando tu propia reacción instintiva ante un conflicto. Lo puedes hacer pensando en cómo has gestionado un par de situaciones conflictivas anteriores, siendo sincero en la valoración.
– En cuanto sepas el anterior paso y seas consciente de como actúas, aborda las nuevas situaciones difíciles con respeto y calma mostrándote amable con la otra persona y escuchando con atención lo que tenga que decir. El hecho de que tenga una postura diferente a la tuya no significa que sea agresiva o negativa.
– Expón los hechos y establece aquellos puntos en los que podríais estar de acuerdo. A continuación explora las distintas alternativas a tu alcance, estableciendo algunos objetivos y plazos que ambos podáis acordar, trabajando para cumplirlos.
– A medida que avancéis, se desarrollará un vinculo entre vosotros de confianza mutua, entendimiento y comprensión, facilitando la posibilidad de abordar cualquier problema que aún podáis tener para solucionar el conflicto.
– Evita siempre la confrontación y concéntrate en el asunto, no en la persona. Esto evitará que un problema simple acabe en una acalorada disputa.
 Es muy bueno, como último consejo a la hora de solucionar y gestionar adecuadamente un enfrentamiento, realizarnos de forma personal las siguientes preguntas cuando nos encontremos de cara la situación:
– ¿Soy demasiado agresivo o demasiado débil cuando me enfrento a un conflicto?
– ¿Necesito mas conocimiento o practica en la gestión del enfado o la asertividad?
Espero que estas geniales pautas y estrategias os liberen de más de una situación que os esté estancando o bloqueando el día a día. Liberarnos de las barreras por muy pequeñas que puedan ser es uno de los pasos necesarios para una vida emocionalmente sana.


Paula Díaz

Coaching personal | coach de vida. YouTuber |Blogger. Psicología Positiva. Escritora especializada en Inteligencia Emocional - PNL. Conferenciante motivacional. Haz realidad tus sueños y la vida que te mereces

RESOLUCION DE CONFLICTOS DESDE LA PNL - ANDREA CASTAÑEDA

RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS DESDE LA P.N.L.
¿QUÉ ES LA PROGRAMACIÓN NEUROLINGÜÍSTICA?

La Programación Neurolingüística es un modelo de análisis e intervención de la conducta humana y de los procesos de interacción que tiene su origen en Estados Unidos a principios de los años 70,y que ha contado con un rápido desarrollo en sus aplicaciones y presupuestos.

Sus fundadores -Richard Bandler y John Grinder- eran psicólogo e informático y lingüista respectivamente y sintetizaron aportaciones de diversas ciencias entre las que cabe destacar:

La escuela de Terapia Breve y de estudios sobre la comunicación de Palo Alto de Watzlawick y colaboradores. Las aportaciones de la intervención sistémica de Virginia Satir y Gregory Bateson, entre otros. Las aportaciones de las ciencias que estudian el procesamiento de la información y sus aplicaciones neurológicas: Wiener, Von Foerster, Maturana y Varela… Y por último las revolucionarias aportaciones basadas en la hipnosis del psiquiatra estadounidense Milton Erickson.

Muy resumidamente podemos analizar los términos que la definen como sigue:

Programación: Programar es organizar de forma eficiente los componentes de un sistema para lograr el resultado adecuado.
Neuro: Toda conducta es el resultado de procesos neurológicos.
Lingüística: Los procesos neurológicos son expresados mediante lenguaje verbal y corporal.
Este taller pretende activar capacidades y recursos personales para resolver conflictos intra e interpersonales mediante la aplicación de técnicas derivadas de la PNL. Para esto trabajaremos en un marco seguro de aprendizaje, dentro de los presupuestos constructivistas por los que potenciaremos un aprendizaje actuacional y experiencial más que meramente teórico.

LA RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS (Conceptos básicos):

La resolución de conflictos es un proceso cognitivo, afectivo y comportamental mediante el que se identifican los medios efectivos para solucionar conflictos cotidianos. Un conflicto se entiende como una situación que exige una respuesta para funcionar eficaz y eficientemente. Esta situación se describe como una discrepancia entre “lo que es” y “lo que debería ser”. Una solución es una respuesta efectiva a un problema.

Hay una relación entre conflicto y estrés. Según la teoría relacional del estrés de Lazarus, el estrés se origina en una relación persona-medio en la que el individuo percibe que las demandas sobrepasan sus capacidades de respuesta. Este tipo de relación es similar al concepto de conflicto. Por eso los conflictos tienden a ser estresantes, motivo por el que la resolución de conflictos se suele realizar bajo condiciones de estrés.

Conviene diferenciar entre resolución de conflictos, puesta en práctica de la solución y competencia social. La resolución de conflictos es el proceso mediante el que se descubre la mejor solución para una situación problemática. La puesta en práctica se refiere a la actuación en la conducta resolutiva. Un individuo puede tener elevada competencia en la resolución de conflictos y baja en llevar a la práctica las soluciones propuestas; y viceversa. La competencia social es un concepto más amplio que se refiere a una gran variedad de habilidades sociales, competencias comportamentales y habilidades de enfrentarse a situaciones conflictivas que permiten a un individuo manejar las exigencias de la vida diaria.

La resolución de conflictos es una habilidad cognitiva importante que, en opinión de algunos investigadores, debería ser incorporada a los programas de entrenamiento en habilidades sociales.

Guilford puso de manifiesto la conexión entre la creatividad y la resolución de conflictos. Si a esto añadimos que la correlación entre CI y creatividad es baja, no es extraño encontrar correlaciones bajas entre CI y capacidad para resolver conflictos (D´Zurilla,1993).Lo cual parece poner de manifiesto una contradicción lógica. Una posible explicación sería que los sujetos con CI bajo también tienen puntuaciones bajas en pensamiento divergente; en cambio los sujetos con CI alto pueden variar en el pensamiento divergente. Una relación similar podría haber entre CI y capacidad para resolver conflictos. Es decir, una inteligencia alta no asegura esta capacidad.
En este taller vamos a trabajar con métodos que potencien la creatividad personal y grupal en el desarrollo de capacidades de Resolver conflictos, facilitando la generación de recursos personales mediante las técnicas de la PNL.

Puesto que muchos conflictos son estresantes, normalmente tratamos de evitarlos. Esto hace que a veces los conflictos no sean fácilmente reconocibles. En cambio experimentamos las consecuencias negativas de un conflicto no resuelto.

Algunas sugerencias para aumentar la sensibilidad a los conflictos (capacidad para reconocer que existe un conflicto) son:

Utilizar los sentimientos como clave para reconocer conflictos (los sentimientos negativos no son el problema, sino una señal para reconocer el peligro real);
Utilizar las conductas inefectivas como clave para reconocer los conflictos (los errores y fracasos son un indicador de conflicto);
Utilizar un listado de conflictos.

La atribución del conflicto se refiere a las atribuciones causales que hace la persona. Es decir, en su opinión, ¿cuáles son las causas que generan el conflicto?. Una atribución positiva supone atribuir la causa del conflicto a factores ambientales y/o personales cambiantes, temporales y relativamente benignos. Una atribución negativa considera que la causa es estable, permanente y delicada. Esto es: el problema es grave y además no tiene solución. La forma de abordar el problema será muy diferente según sea la atribución causal que se haga de él.

El estilo de enfrentamiento es el conjunto de creencias, suposiciones y expectativas generales de un individuo sobre su capacidad para resolver los conflictos, lo cual influye en la forma de abordarlos. Se pueden distinguir entre el “estilo dependiente o de evitación” y el “estilo de solución”.

En el primero el individuo:

Se culpa a sí mismo por el conflicto y piensa que hay algo anormal en él (incompetencia, estupidez, infortunio…);
Percibe el conflicto como una amenaza importante para su bienestar (físico, psíquico, emocional, social, económico, autoestima…);
Maximiza o exagera el daño o pérdidas posibles y minimiza los beneficios que se puedan derivar de la solución del conflicto.;
Tiene pocas esperanzas de resolver el conflicto con efectividad (por considerarlo irresoluble o por considerarse incompetente para resolverlo) y por tanto lo evita o intenta que alguien se lo resuelva; 
Considera que una persona competente podría resolvérselo.
Otros autores han caracterizado el estilo negativo como “evitación defensiva”, “dependencia” o “impotencia”.
Por otra parte, en el estilo de enfrentamiento para la resolución de conflictos el individuo:
Percibe los conflictos como sucesos normales e inevitables;
Considera los conflictos no como una amenaza, sino como un reto (oportunidad de crecimiento personal, aprender algo nuevo, mejorar);
No considera el fracaso como una catástrofe, sino como una experiencia correctiva de aprendizaje (No existen fracasos solo resultados -presuposición operativa de la PNL-)
Cree que el conflicto tiene solución (Si tú puedes yo también puedo -marco de resultados frente a marco de culpa en PNL)
El sujeto se considera a sí mismo capaz de encontrar la mejor solución
Reconoce que para ello necesita tiempo y esfuerzo;
Valora la independencia y la persistencia.
Para facilitar la adopción de este último estilo como el más apropiado se puede practicar la conversación positiva consigo mismo; también se pueden escribir autoafirmaciones positivas. Todo ello no debe llevar a expectativas irreales sobre la solución de conflictos, que después en la vida real se desanimen al encontrar dificultades superiores a las esperadas. Por eso, a veces puede ser oportuno recordar las conocidas “leyes de Murphy”:
Nada es tan simple como parece;
Todo lleva más tiempo de lo debido;
Si algo puede fallar, seguro que falla.
Es necesario tomar conciencia de cómo las emociones desempeñan un papel importante en la resolución de conflictos. La mayoría de situaciones conflictivas son estresantes porque comúnmente conllevan dolor, pérdida de algo estimado, frustración, incertidumbre, ambigüedad, complejidad, novedad, etc. Todo esto se puede percibir como una amenaza.
Las emociones se pueden utilizar de forma efectiva para facilitar la resolución de conflictos.
Algunas sugerencias son utilizar las emociones del siguiente modo:
Como clave para reconocer el conflicto;
Como motivación para resolverlo;
Como meta de resolución de conflictos (establecer una meta que favorezca el efecto positivo; sentimiento de auto valía; reducción de la ansiedad…).
Como criterio para evaluar los resultados de poner en práctica la solución.
Para obtener información pueden ser útiles estas preguntas:
¿quién está involucrado?,¿qué sucede para que te preocupes?;¿dónde y cuándo sucede?; ¿por qué sucede?; ¿cuál es tu respuesta a esta situación? (pensamientos, sentimientos y acciones). Las técnicas de externalización, visualización y simplificación , ayudan a clarificar la naturaleza del conflicto. En todo momento hay que distinguir hechos de suposiciones.
Las estrategias inadecuadas de pensamiento pueden distorsionar los datos. Las distorsiones cognitivas típicas que conviene evitar son:
La inferencia arbitraria: llegar a conclusiones sin los suficientes datos que las confirmen.
Abstracción selectiva: percibir selectivamente ciertas informaciones que confirman las suposiciones, mientras se ignora otra información importante que las contradice;
Sobre generalización: se generaliza sobre la base de un suceso aislado.
Magnificación: exagerar el valor, intensidad o importancia de un hecho;
Minimización: distorsión opuesta a la anterior.
La comprensión del conflicto implica distinguir entre “lo que es” (¿qué condiciones son inaceptables?) y “lo que debería ser”(¿qué condiciones se desean?).Por ejemplo: en un problema de indisciplina escolar “lo que es”: excesivas interrupciones y comportamientos disruptivos; “lo que debería ser”: un índice aceptable de ellos.
Una vez comprendido el conflicto hay que establecer metas que permitan reducir la discrepancia entre ambos aspectos. Para ello son importantes dos reglas: a) expresarlas en términos concretos y específicos; b) evitar metas irreales o improbables. Las metas generalmente responden a la pregunta “¿cómo?” o “¿qué?”: ¿cómo se puede conseguir que el alumnado permanezca sentado, atendiendo y concentrado en su trabajo?,¿qué se puede hacer para reducir la frecuencia de comportamientos disruptivos?
A veces un problema específico oculta otro más general e importante. La pregunta “¿por qué?” puede ayudar a detectar el problema básico o primario.
A veces se trata de una serie de conflictos complejos en cadena. En este caso conviene fragmentarlos y resolverlos uno a uno.
Revalorar el conflicto supone tomar en consideración los beneficios que se pueden derivar de su resolución y los costes que puede suponer no resolverlo. Para revalorar un conflicto ayudan preguntas como:¿qué está en juego?,¿qué puedo ganar?,¿qué puedo perder?…Si un conflicto se revaloriza como amenaza hay que evitar magnificarlo con preguntas como ¿dónde está la amenaza?,¿qué es lo peor que puede suceder?. Sin embargo, enfatizar los beneficios aumenta la motivación para solucionarlo.
LA IMPORTANCIA DE ESTABLECER Y MANTER EL RAPPORT.
Por Rapport se entiende el proceso de comunicación verbal y gestual que permite establecer un tono cordial en la relación, o que reduce el clima emocional distorsionador que pudiera estar incidiendo. Para generar una situación de aceptación y de comprensión de la otra persona (lo cual no quiere decir que necesariamente se tuviera con esto que aceptar sus opiniones o conductas).
Para esto es importante estar atentos a las señales emocionales ajenas. Para esto puede ser útil identificar algún factor que se pueda tener en común con la otra persona y que pueda servir como vínculo que facilite el contacto.
Ahora bien, el mantener este rapport no debe de ir orientado a un intento de manipulación maquiavélica de la otra persona, o de la defensa a ultranza de todos nuestros criterios, si no a poder mantener abiertos los canales de comunicación. Para esto es importante mantener un clima de apertura al punto de vista ajeno.
También es conveniente recordar la utilidad de mantenerse en calma. Permanecer en un estado de ánimo destructivo constituye un serio impedimento para la interacción fluida con los demás. Es muy probable que, si entablamos una conversación mientras nos hallamos sumidos en un estado de ánimo muy intenso, la otra persona experimente que no estamos disponibles. La capacidad de mantenerse en calma nos ayuda a dejar provisionalmente de lado nuestras preocupaciones y, al mismo tiempo, permanecer abiertos a nuestras respuestas emocionales, una característica generalmente admirada. Por el contrario, quienes están atrapados en sus emociones se hallan en un estado de ánimo menos disponible a las exigencias de una situación conflictiva.

EL MANEJO DE LOS CONFLICTOS.
Aportar soluciones (para esto resulta esencial el saber escuchar y la empatía).
Interpretar las señales: El hecho de que el conflicto supone siempre un perjuicio para todas las partes implicadas convierte toda la negociación en un ejercicio conjunto de resolución de problemas. Esa resolución requiere que cada parte sea capaz de comprender no sólo el punto de vista del otro sino también sus necesidades y temores.
Resolución creativa de conflictos:
a) Comience se, establezca contacto con sus pensamientos y busque el modo de expresarlos.
b) Muéstrese dispuesto a resolver las cosas hablando del problema en lugar de dejarse llevar por la agresividad.
c) Trate de encontrar formas equitativas de resolver el problema, colaborando para encontrar una solución admisible para las partes en litigio.




BIBLIOGRAFÍA:
Daniel Goleman: La Inteligencia Emocional.Ed.Kairós.1996.
Daniel Goleman:Práctica de la Inteligencia Emocional.Ed.Kairós.1998
Manuel Pallarés:Técnicas de grupo para educadores.Ed.ICCE.1993
Joseph O´Connor y Hohn Seymour: Introducción a la PNL.Ed.Urano.1996.
Joseph O´Connor y Hohn Seymour: PNL para formadores.Ed.Urano.1996
Steve&Andreas Connirae:Cambia tu mente para cambiar tu vida… y conserva el cambio. Ed.Gaia.1997



miércoles, 17 de febrero de 2016

¿Sí dependerá de una firma la paz en Colombia?

¿Hasta dónde tienen voluntad nuestros gobiernos o el Estado capacidad para cumplir lo que se suscribe?

Por: Juan Manuel López | febrero 17, 2016

Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2Orillas.

No se trata de poner en duda la conveniencia de un acuerdo con las Farc porque ya se ha dicho que éste, más que necesario, es indispensable como requisito para buscar la paz.
Lo que ha sucedido es que quienes están en contra de la firma de ese acuerdo —algunos por dar prioridad a los temas del castigo, otros por exigir que se trate como una derrota de la insurgencia, y algunos porque simplemente prefieren la guerra—  han logrado desviar los debates y los análisis hacia el contenido de lo que eventualmente se suscribiría, dejando de lado temas que pueden ser más relevantes.
Porque un tema es el llamado ‘conflicto armado’ que enfrenta al estado contra la insurgencia, y otro la violencia endémica que caracteriza al país y que está en la raíz de ese conflicto armado.
En otras palabras, el tema que tratamos no es como ahora lo presentan, el de unos malvados colombianos que por una naturaleza degenerada decidieron tomar las armas para hacerle males a la ciudadanía. Todos sabemos que es algo mucho más complejo, y por eso que ellos abandonen la confrontación no basta para encaminarnos hacia el deseado objetivo.
Cada día vemos más cómo la disolución de la institucionalidad se manifiesta a su turno en más disolución del tejido social.
Pruebas de esto las manifestaciones en Bogotá contra Trasmilenio; o al hacer seguimiento al caso de las prisiones, contar todos los días más de treinta nuevos detenidos sin saber cómo los manejan; o ver como se desmantela la rama judicial en la cúpula mientras se paraliza el funcionamiento en la base;  o como la ‘justicia por mano propia’ llega a ser la respuesta en situaciones como la de las dos modelos enfrentadas. No se diga los abusos de los cargos públicos, la criminalidad por parte de quienes deberían impedirla, o la misma violencia intrafamiliar.
Un país sin un sistema de resolución de conflictos, en el cual nadie cree en la Administración de Justicia —lo cual es un hecho ya fuera de discusión—, ni respeto o credibilidad en nada diferente de las convicciones individuales es inevitablemente un caldo de cultivo para la violencia y la insurgencia. Violencia entre ciudadanos e insurgencia contra el Estado.
Hoy la problemática ya no es que ‘la justicia es para los de ruana’. La dificultad es que mientras más se necesita esa Justicia, más ineficiente o incluso más inexistente aparece. Mientras más se manifiestan los problemas sociales de desigualdad, de desempleo, de falta de respuestas a las necesidades básicas de la población, y más se aspira a que la razón de ser del Estado sea el bienestar ciudadano, más se encuentra que quienes lo dirigen defienden como prioridad la ‘salud económica’ de ese Estado en detrimento de lo que padece la población, y más acuden a la represión y al engaño o manipulación virtual para imponer un modelo que solo así sobrevive.

No es un secreto que tal como están las cosas
se generarán nuevas modalidades de estructuras delictivas,
tanto alrededor del narcotráfico como de la delincuencia organizada

Las preguntas o debates deberían ser ¿hasta dónde tienen voluntad nuestros gobiernos —a comenzar por el actual— o el Estado capacidad para cumplir lo que se suscribe? Porque las obligaciones no son para las Farc ya que esas desaparecen con su desmantelamiento o dejación de las armas. Pero para nadie es un secreto que tal como están las cosas eso generará nuevas modalidades de estructuras delictivas, tanto alrededor del narcotráfico como de la delincuencia organizada y muy probablemente de grupos subversivos protestatarios. ¿Entonces: fuera de la sanción a los individuos qué posibilidad hay de imponer el cumplimiento de lo que se comprometan? ¿Acaso no se volverá solo responsabilidad personal lo que corresponde a la contraparte?
Ese es el verdadero escenario del ‘posconflicto’ y la preparación de cómo se enfrentará esto es lo que debería estar sobre el tapete. La respuesta hasta ahora es que no se desmantelará la capacidad represiva, ni se cambiarán los modelos económicos o políticos, que se niega la posibilidad por no decir la necesidad de una Nueva Constituyente. Y lo confirma que ni siquiera se plantean las reformas a la Justicia, a la Salud, a la Educación, ni se crea el Estatuto del Trabajo, sino solo se habla de llevar al Congreso una nueva Reforma Tributaria.
En vez de propuestas orientadas a corregir las deficiencias del modelo, se busca reforzarlas, tanto con las medidas que se toman, como con las presentaciones que se hacen, según las cuales los resultados son magníficos, y que así lo demuestra la forma en que los califican quienes los ordenan y quienes de ellos se benefician (‘mejor ministro de Hacienda del continente’; ‘mejor policía del mundo’; ‘país modelo en la administración de la crisis’; ‘mejor socio de los Estados Unidos’; ‘ejemplo exitoso de la lucha antidrogas’).
En concreto: la paz no depende de lo que firme una guerrilla sino de lo que haga —y no de lo que muestre como propaganda— un gobierno.
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López, J. (2016). ¿Sí dependerá de una firma la paz en Colombia? - Las2orillas. [online] Las2orillas. Tomado de: http://www.las2orillas.co/si-dependera-de-una-firma-la-paz-en-colombia/ el 17 de Febrero de 2016

lunes, 15 de febrero de 2016

¿Por que negociar?

En las relaciones internacionales se considera a la negociación como uno de los tres procedimientos de solución pacifica de conflictos. Es inevitable que los intereses particulares de una persona, una empresa, un asociación, un gobierno, una nación,...entren en colisión con los intereses de otras personas, empresas, asociaciones, etc.

La negociación supone la superación o el intento de renunciar al recurso de la fuerza para conseguir nuestros objetivos, buscando un compromiso o un acuerdo que satisfaga en parte las aspiraciones de las dos o más partes enfrentadas y que permita en el futuro la convivencia pacífica de las mismas al tiempo que asegure la posibilidad de futuras colaboraciones en temas de interés común.

La finalidad de toda negociación es alcanzar acuerdos inteligentes y cualquier método de negociación se debe juzgar a la luz de tres criterios: Debe producir un acuerdo sensato, si tal acuerdo es posible. Debe ser eficiente, y debe mejorar, o al menos no perjudicar las relaciones entre las partes. (Un acuerdo sensato puede definirse como aquél que satisface los legítimos intereses de cada parte al mayor nivel posible, resuelve con limpieza los intereses en conflicto, es duradero y tiene en cuenta los intereses de la comunidad).


Bibliografia

Puchol, Luis (2009). El libro de la negociación (Tercera ed.). España: Diaz de Santos.


viernes, 12 de febrero de 2016

DEFINICION DE CONFLICTO

¿Qué es conflicto?

¨ El conflicto se puede describir como una situación en la que dos o más personas con intereses distintos, entran en una confrontación o desacuerdo, en donde cada parte actúa de manera antagonista, con el sólo propósito de neutralizar a la parte rival, aunque sea de manera verbal.


¨ El conflicto puede darse por diferentes causas o intereses, que pueden ser considerados de importancia o emergencia, como: valores, estatus, poder, recursos escasos etc., situación que afecta a los directamente envueltos en el problema o a las personas cercanas.


Negociación

¿Quién no se ha visto en la necesidad de anteponer los intereses propios o ajenos ante la consecución de algún objetivo, meta o satisfacción de algún requerimiento por muy básico que este sea?

En la vida cotidiana, el individuo se encuentra inmerso en múltiples situaciones que lo  llevan a establecer ciertos mecanismos, actitudes y conductas para la obtención o satisfacción de sus necesidades (personales, académicas, sociales, laborales, afectivas); este proceso de consecución de objetivos es conocido como negociación. Este intercambio de intereses es concebido como un proceso social, en el cual, la comunicación es un factor indiscutible ya que a través ella,  el individuo podrá expresar de manera verbal y no verbal sus intereses, objetivos, necesidades, etc. , a través de un canal adecuado de comunicación; poniendo en práctica diversas estrategias para alcanzar su fin, evitando en la medida de lo posible conflictos.

Pero, ¿qué es la negociación?

Monrley y Steohson (1977) definen la negociación como “un proceso de interacción comunicativa en la que dos o más partes intentan resolver un conflicto de intereses, utilizando el dialogo y la discusión, descartando la violencia como método de actuación y avanzando hacia un acercamiento gradual mediante concesiones mutuas”

Pruitt (1986) señala que es “un proceso en el que se toma una decisión conjunta por dos o más partes. Las partes verbalizan en primer lugar sus demandas contradictorias, moviéndose posteriormente hacia el acuerdo mediante un proceso de realización de concesiones o búsqueda de alternativas.
Carrión (2007) hace mención a la negociación como “un proceso de comunicación por el que dos o más partes interdependientes y con intereses diferentes sobre uno o varios temas, tratarán de alcanzar un acuerdo, aproximándose por medio de concesiones mutuas.

Retomando las definiciones anteriores se puede observar que las diferentes definiciones de negociación incluyen los siguientes elementos:

  • Proceso de comunicación
  • Requiere del dialogo o conversación
  • Se da entre dos o más partes
  • Implica intereses diversos
  • Conlleva a la resolución de conflictos y la toma de decisiones
  • Establece acuerdos a partir de concesiones mutuas

En este sentido se puede establecer que la negociación es un proceso comunicativo a través del dialogo en la que dos o más partes establecen acuerdos en común para la “resolución de un conflicto” de manera no violenta, a partir de concesiones mutuas.

La negociación puede efectuarse a partir de dos formas distintas:

  • Negociación distributiva o competitiva (gano-pierdes). En esta situación lo importante es conseguir los objetivos propios (ganar), sin importar el otro; por lo tanto la relación no importa. Este tipo de negociación se establece en términos de confrontación.


  • Negociación integrativa o colaborativa (gano-ganas). En este modelo conseguir los propios objetivos es tan importante como la relación. Por ello, se establece la colaboración como mecanismo para lograr la satisfacción de ambas partes.

La elección del estilo dependerá de la naturaleza de la negociación; sin embargo existen ciertos criterios que pueden orientarnos para elegir entre uno u otro.

  • Negociación simple y compleja. Estará determinada por el número de variables inmersas en la conversación. Entre más sean las variables, mayores serán las posibilidades de logro.
  • Corto o largo plazo. Implica la estimación de tiempo en que puede materializarse un acuerdo
  • Necesidad de plantear acuerdos.
  • Posición dominante del interlocutor.

Dado que la negociación implica lograr una puesta en común, es necesario considerara los aspectos al momento de negociar:

  1. Espacio continuo de la negociación. Implica la capacidad de moverse hacia la posición del opositor, encontrando una zona de intercambio común y evitando el punto de ruptura; para tener un margen de maniobra que permita encontrar un acuerdo.
  2. Preparación de la negociación. Es relevante que al momento de entablar una negociación se esté lo suficientemente preparado; para ello, hay que tener en claro el objetivo u objetivos que se pretenden alcanzar, los límites permitidos y la manera en que se logrará. De igual manera, es necesario plantear diversas alternativas para la formulación de los acuerdos, previendo todas las situaciones que puedan suscitarse en el proceso de negociación; para ello, se requiere contar con la mayor cantidad de información posible sobre el opositor para poder establecer un plan de acción (estrategia).
  3. Actitud ante la negociación. Una negociación exitosa dependerá en gran parte de la actitud que se adopte respecto al opositor, para ello es necesario contar con una escucha activa, realizar preguntas efectivas, resumir lo tratado, obtener información, observar señales no verbales, ser empático, tener claridad y ser concreto en lo que se expone, dar tiempo al adversario para aceptar las propuestas. Es en esta fase de desarrollo es donde la comunicación cobra su mayor relevancia debido al intercambio de ideas; entre más clara sea la información que se proporcione o reciba, se estará en mejores posibilidades de negociar.
  4. Propuestas y concesiones.  En esta etapa se enfoca a defender los intereses sin necesidad de la confrontación y recurriendo al planteamiento de propuestas, mismas que deberán ser siempre condicionales, lo cual lleva realizar ciertas concesiones en donde ambas partes salgan favorecidas. Implica un intercambio “esto por aquello”.
  5. Cierre. Implica la culminación de los intercambios a partir del establecimiento de acuerdos; mismos que deberán quedar por escrito.

Todo este proceso de negociación se va a ver influido por las estrategias y tácticas que utilicen ambas partes para influir uno sobre el otro y llegar a una solución satisfactoria para ambos. Las tácticas utilizadas tendrán la finalidad de persuadir al opositor planteando expectativas a futuro, realizando una mejor oferta o propuesta, recurriendo a una contra oferta, o bien, adoptando una actitud chantajista, enérgica, de falta de poder, vanagloriar los logro.

A partir de lo anterior, se puede advertir que la negociación es un proceso en el cual se habrán de contemplar diversos elementos para alcanzar el éxito; pero sobre todo, este implica poner en práctica la habilidad de comunicación efectiva y escucha activa, haciendo uso de los recursos verbales y no verbales.

Resulta necesario señalar la envergadura de la negociación en todos los ámbitos y contextos en que se desarrolla el ser humano (familiar, social, personal, laboral, etc.) ya que las diversas interacciones que se establecen suponen la práctica de la negociación como un recurso para la obtención de determinados fines.

En el ámbito profesional es aún más evidente ya que los intereses, metas y objetivos de cada una de las partes están de por medio; ello es visible desde el momento en que se decide ingresar a determinado campo laboral. En primera instancia el individuo (llámese en este caso candidato) al ofertar sus servicios debe tener en mente el objetivo a conseguir (un buen puesto, buen sueldo, prestaciones, etc.) y diseñar su estrategia de “venta” para que la otra parte (llámese reclutador) se interés en él y advierta el potencia del candidato. Una vez reunidos candidato y reclutador entraran en un proceso de negociación en donde cada uno de ellos realiza una oferta a su contraparte basados en la información que cada uno de ellos tiene respecto al otro, esperando llegar a un acuerdo que beneficie a ambas partes.

Una vez contratado, el sujeto se verá en continuo proceso de negociación respecto al trabajo (cantidad, calidad fechas de entrega, etc.), permisos, aumentos de sueldo; este proceso se verá influenciado en parte por el tipo de interacciones que establezca el individuo con su entorno y por el uso eficaz o no de la comunicación.

A parir de todo lo enunciado anteriormente, concluyo que la negociación vista como una intención comunicativa, recurre al discurso y el poder para ejercer control sobre el otro, haciendo uso de la persuasión para  incidir en su comportamiento. Esta relación de discurso-poder está inmersa en todas las esferas del individuo, el cual recurrirá a diversos tipos de relaciones e interacciones para la consecución de un fin (solucionar un conflicto, realizar algún intercambio, cooperar, etc.)

Para que la negociación tenga éxito, es necesario tener claridad en los objetivos propios y ajenos, poseer la mayor cantidad de información en relación a la otra parte y al asunto a negociar, determinar las estrategias de actuación y ejecutar el plan de acción; pero sobre todo, requerirá de una gran habilidad de comunicación para poder cerrar la negociación.

Referencias

Ricci, Pio, E y Bruna, Zani. (1986). “La comunicación como proceso de influencia” en La comunicación como proceso social. México: Grijalbo, pp. 185-203.

Carrión, José Antonio. (26 de abril de 2007). Técnicas de Negociación. Presentado en IV Encuentro de Responsables de Protocolo y Relaciones Institucionales de las Universidades Españolas de la Asociación para el Estudio y la Investigación del Protocolo Universitario. Alicante, España.